Vino un viejo avaro y me dijo, no quiero querer a nadie más q a mi, cuando le pregunte el por qué de tan firme decisión me contestó q no pretendía gastar su riqueza con nadie, entonces pregunté cuán rico era, y me contó q su fortuna se había hecho humo ya hacía mucho. Le expliqué q no entendía lo q quería expresar, y me dijo q su mayor fortuna era su esencia humana, sólo de él y de nadie más.
Podría tener razón?
La unión de dos implicaría perdida y ganacia si se pierde el uno para el otro...
Pero cómo garantizar q el otro vale la pena la pérdida de uno?
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