Léase en vos alta

Tan solo a romperme los vasos, tan solo.

Colgado en tus brazos

Arrastrado a caricias, tan solo.

Entregado a tu pecho, colgado

en tu cocina, enamorado.

Tan solo a romperme el olvido, tan solo

A no ser ya más nadie,

A morderme en tus labios

A besar tu mejilla, tan solo.

Pese tan solo a los vasos rotos.

Perdónenme palabras por no reconocerlas

Perdidas en las miserables horas de mis días cotidianos

Calzada la aurora en un olvido tan lejano

Tan dulce de amor ausente y de desgano, ser humano

Perdónenme los días por arrastrarlos en mis pasos

Por mis pies cansados, por mis miedos, mis ocasos.

Cáliz dulce primavera,

Danza lluvia, ríe entera

Pereza mustia, perro cansado

Tu pecho, silencio, canto.

HOY PUEDE SER UN GRAN DÍA

Fragmentos de mañana decoran todo lo que siento, con levedad suben mis pupilas. Respiro, veo, miro. Hermoso sol por la ventana, la cama no había estado tan acogedora desde hace muchos meses, mi cuerpo descansa, mis sueños nocturnos dejaron apenas una sensación de felicidad infantil. Escucho la canilla de la cocina perdiendo agua, está así desde ayer. Me levanto, me lavo, y cierro el pase de agua. Bajo a la cocina, platos sucios, cubiertos sucios, mesada sucia. Tomo un saquito, lentes de sol, dinero y voy a la ferretería. Ayer un amigo, entendido en el tema, me había explicado lo que se había roto, una gomita que va en alguna parte del artefacto, yo estaba dispuesto a solucionarlo.

En la ferretería, el ferretero (un conocido) me ayudó con el tema, me había vendido la canilla, por lo que sabía exactamente lo que necesitaba, un destornillador Philips y La Gomita. Llegué a casa, con minuciosidad saqué dos partes de la canilla, faltaba el último pedazo, pero la llave francesa que también había comprado de mi ferretero amigo zafaba. Saqué la canilla entera con la llave francesa. La llevé a la ferretería, donde mi conocido usando una llave idéntica a la mía logró sacar el pedazo que faltaba. Tuvo una hazaña aún más valorable. Cambió La Gomita.

Volví feliz y un poco decepcionado a  casa, el problema de la perdida de agua estaba solucionado, pero me sentía, de cierta manera, un incapaz. He ahí mi engaño. Llegué a casa e instalé la canilla, abrí el pase de agua. Había pérdidas en las tuercas que unen la canilla a la pared “falta teflón” pensé. Fui a la ferretería, el ferretero estaba a punto de salir a comer, -Ayuda!! grité. El ferretero me dio el teflón pero no me dejó pagar, dijo que volvía en una hora.

Vuelvo a casa y cuando voy a sacar la canilla de la pared sucede algo extraordinario, por alguna razón el caño que está unido a la pared se corre, yo hago un movimiento opuesto con la llave francesa para retirar la tuerca. Ésta fallece. Se rompió, es una canilla que tiene la tuerca pegada a su caño, por lo que no la puedo cambiar. En una hora volveré a la ferretería a comprar otra canilla.

Reconozco mi excelente capacidad de empeorar las cosas.

Abro los ojos, miro la ventana, entra el sol. Hay una planta naciendo en el extremo derecho inferior, es un yuyo, pero es tan verde, se ve tan lindo con el marco marrón. Tengo el acolchado en cima, pero tengo calor, me lo quito, me desperezo, rosa toda mi piel por las sábanas suaves de tela barata, los pelos de mis piernas se erizan, es como si me acariciaran por todas partes. El clima es tan agradable, la transpiración de mi pecho le genera sensación de aliento fresco después del calor de la manta. Me limito a mirar el techo y respirar. De repente un suspiro profundo y puedo erguir mi tronco, me siento, miro el color de las paredes, algo como un rosa que quiere mucho ser naranja, adornado por los rayos del sol. Me levanto, voy al baño, me lavo la cara, no me vestí, tengo un calzoncillo flojo y una musculosa, mortalmente cómodos, hay un calorcito agradable, sentir el frío del piso en la planta de los pies es un reconfortante regalo. Bajo las escaleras, limpio el mate, pongo agua a calentar, siento el olor a la yerba, abro la ventana de la cocina, vuela un poco de yerba, no importa, tengo la franela a mano, limpio mecánicamente, hierve el agua en la caldera eléctrica, lleno el termo y me siento en el baúl de la cocina. También entran rayos de sol en esa ventana, dan justo en mis pies, uno toca el suelo y el otro flota, mientras tengo una pierna cruzada sobre la otra. Espero descansar el mate y tomo el primer y cálido sorbo del día. Suspiro, respeto el silencio, reconozco lo que veo, reconozco mis cosas, mis platos coloridos, mis platos negros, la tabla de picar roja, los cubiertos tramontina, las ollas de teflón, la botella de ferntet que espera ser guardada desde hace dos noches. Abro la heladera, tengo un poco de cocacola sin fuerza, manteca, mayonesa, pero no tengo pan. Hay huevos y verduras ¿Podría hacer huevo revuelto? Pero veo un cuarto de queso, sonrío, lo tomo en mis manos, lo pico en la tabla roja con un cuchillo tramontina, miro para afuera, el sol, tomo mate, que calentito, pienso en vos. Y decido seguir viviendo.

Pétalos manchados en carne viva. Ya sin luz amaneceres desesperanzados. Mi artificial sonrisa y esos brazos lejanos al abrazo.
Nuestra hipócrita caridad, el ambar de la dulzura infantil devorada en sexo sin afanes de sueños o canciones gloriosas. Dios ha muerto pero no resusita la viva belleza de Eva o el  mal aliento de mañanas felices.
Sobran pasos sin camino bajo los pies de nadie.

Hoy una visita a tu cama,

Tus brazos, tus pechos

Hoy un suspiro, labios rojos y corazón ferviente

Inolvidable cariño y el amor más grande

Que se pueda regalar

Por esta mañana que nos continua nuestros

Cepillos de diente comparten hogar

El aire cotidiano de una vida entera adorna mi casa,

Nuestra casa hoy.

Nuestros sueños, nuestro camino

Por hoy tus pantuflas en mis pies y

Mis besos solo tuyos

Por este minúsculo instante de eternidad te quiero.

Luces y calaveras
sucumben espíritus jóvenes.
El amor que alimentaba sueños
condimenta el colesterol de chocolates caros

Amor y pasión y cantares y
riquesas y adas, y en vano
todo.
Vos y yo y una historia más
cuerpos perdidos por mi cama
tu pecho latiendo la sangre de nuestros hijos.

Ni tu cariño ni el mío
serán ese fuerte muro de piedra
que no pueda llevar el viento.

Camisas con perfumes ajenos
besos atormentados
deliciosas pesadillas, recuerdos.
Cuerpos fraudulentos encarnados
a la pasión del amante.

Mis manos desesperadas
los signos de mi rencor
la angustia
las palabras, las palabras.

En estos momentos donde no distingo entre un punto y una coma
donde los espacios no tienen sentido
ver que entre mis versos y tus delirios
existe un infinito puente de momentos constructores
de vos y de yo
y no saber para quién te escribo.

ahora que no sirven más mis palabras,
me abandonan mis teclas
porque lo que siento no puedo explicar

escucho músicas conmovedoras
donde no me reconozco
ni lo que vivo

la vida es vida, y es buena
pero no pasa,
vivo tanto que estoy cansado

a veces se necesita un poco de mucho placer.

Podrìa descansar muchas vidas en esos ojos

bastarìa que el mundo fuese màgico

Esa voz que molesta un poco

Hogar que no conozco

dormirìa caminando por tu respiraciòn

jodidamente delirante por esa sonrisa!!

 

  Descansar eternamente cuando tomes mi mano

solo por ese instante 

vivir.

Encontràs ese ìnfimo espacio
cubierto en el màs alla de los
sueños

Los pechos abiertos de
 delirios diurnos y la mano
 suave de un licor agridulce

Mi respiraciòn agitada
 sin cansancio de carrera
ni desvelo de inseguridad

poesìa en letras imaginarias
y eternas reflexiones sobre amor
y fracaso

Agradecido por el vino y las
paredes coloridas
por mi sonrisa y mis pulmones vivientes

por la voz ùnica en este espacio

y por mis sueños, y
por soñar

Hay gente que muere, hay gente que nace y yo acà, en este lugar que no conozco, que no pertenezco y que me da todo y que me da nada. Es un invierno eterno con interminables cobijas que vienen y van, la voz de Norah Jones, la carcajada de mi amigo, la sonrisa de mi ex novio, el sexo con un desconocido, esas canciones, esos recuerdos, mi insoportablemente hermosa sobrina, mis deseos, mi voluntad, mi cansancio, mi ignorancia, mi belleza, mi fealdad, soy mezquino, soy rico y generoso, soy hombre.

camina sobre esas nubes y
seduce a la bossa nova
canta escucha y rìe
baila el veneno mortal de sus silueta groseramente vulgar
delicia achocolatada en inviernos friamente càlidos

calor irracional, intrinsecamente soñado por
los machos del mundo
tu vientre amoroso de madre puta

carne y veneno me basta para vivir,
perseguir mis pasos audaces de animal cansado
tu chaleco, tu pecho

insolente mirada lechuza
violadora de mi
boca seca y nervios tiritantes, yo

alucinójenos corriendo mis venas masturban
mis sueños y acaban ellos en vos

collar demente azul y encarnado en tripas y en colchòn

de otro

de amor

còlera, còlera.

El paso del tiempo en
mis manos y en mi boca
cerveza, wiski y vodka
garganta roja, marcada por tu carcajada 
esa mirada reluce mil campos en
el amanecer de semana santa en dìas de verano

pero es de noche, estoy cantando
tus pechos, tu mentòn 
tu canciòn divorciada del miedo y envuelta
en ansiolìticos

sos un pezòn cariñoso y un amor eterno
calor de gozo, pasiòn de 
calurosos recuerdos envenenados de nostalgias
que embriagan mentes jòvenes dueñas de un porvenir

Para Zitarrosa Stefany, para Leonardo Mona para mi tu.

Despertar aliento podrido y
molesto de nuestras mañanas inùtiles
fronteras perdidas de nuestros brazos y lágrimas
la tristeza de Alejandra cantando cada
segundo de nuestro cotidiano

Burla abominable de la vida, 
del oxìgeno sin sentido que me
ahoga y que respiro

Siento mis venas tan sanas que quiero llorar
hasta encotrar tu abrazo.

Vi una perra de pecho Rosado

No està comiendo, no està jugando

Està bailando

Me mira me habla, me encanta

Dientes perversos, ànimo devorador

Ojos niña, cachorra perdida

Veo que corre y que no llega

Perra de pecho rosado

Encuentro en mi ese suspiro desconocido

Desconcertado

Nada calmado, ese

Amor develado

Y camina esa ingenua criatura de carcajadas

Y sueños

Canto yo y rìe ella

Me alimenta mientras sueña y

Me conquista sin prisa, sin ganas

Es un soplido de nada llenando todo

Flory flor, lunita luana, cariñosa sin nombre

Perra de pecho rosado

Canta la perra aúllo yo

Y comemos juntos los tiempos eternamente efímeros.

palabras que buscan mis labios

 vos irónica que ladra en las esquinas de mis noches

y cantan con mis pasos serenos

llenos de nadas y de miedos

rancores amorosos

virtudes joviales,

muertas.

Siento en las manos que dicen lo que yo no

Esa rabia ajena de despreciar lo injusto

Pero cantan mis labios otras cosas

Tristezas robadas y corazones endeblez

Esa moda barata de repetir cursilerìas

Cansa este cabello lacio

De lucir para mis vecinos

Y no saber de dónde vino

Si queda vino

Y hacia donde va.

Acongojarme, dejarme invadir por ese lúdico sueño de espíritu amante

Mano suave, pecho salaz. Saliva sabe a pecado.

Descansa vino ardiente entre tus labios y los míos.

Ocaso efímero de pieles, de sed, amor.

Quiero tus piernas, tu carne,  tu sangre,
entregarme, laguna de ilusiones,

( tus metas , las mías, hijos nuestros, casita rodeada de árboles, mi madre, cena del domingo, navidad en mi casa, año nuevo en la tuya, tu cumpleaños, el mío!, el de los nenes, cuándo era el 14 de febrero?)

y esta sed,  pasión que invade, invita

Traspira cuerpos mortales con ambiciones dionisiacas. Corre  un hombre cubierto por su piel
convida el amor de su vientre. Camina mi vicio, enloquecen manos, piernas, labios y sueños.
Abre en flor mi pasión, tu cuerpo
El deseo eternamente mortal. Tu  veneno, mi cuerpo. Tu calor, el mío.
Esas uñas rasgando mi labio, esos pechos descansando en mis manos, incongruentes poemas, libido gritada, corazón dilatado.
Al final un néctar dulce y amargo de pasión y poesía, de cantares locos
Mi vida, nuestra, lugares infinitos de mentes retorcidas, dolidas de tanto amor.
Mucha vida, muchos sueños, esperanza, poesías, canciones. Dolores.