domingo, 15 de noviembre de 2009

¿Los homosexuales, tienen más fantasías sexuales?



(Blog: mitos y verdades del sexo, publicado el 16/04/09)
Hola, quisiera hacer una simple pregunta: ¿quiénes tienen más fantasías sexuales, los homosexuales o los heterosexuales?
Esta no es una simple pregunta, es la base de una antigua discusión y de muchos mitos.
La homosexualidad es una variante normal de la orientación sexual, que se define como la atracción sexual-erótico-afectiva por alguien del mismo sexo.
Debe quedar claro que ser o no ser homosexual no es una opción, como muchos dicen.
Pensemos, quienes somos heterosexuales, ¿podemos levantarnos un día y decir: “hoy voy a optar por ser homosexual”, y así comenzar a excitarnos y a sentirnos atraídos por nuestro mismo sexo? ¿Esto no sucede, verdad? De igual modo pasa con las personas homosexuales.
En la única variante que se puede optar es en la bisexualidad, la de aquellos individuos cuya orientación sexual se dirige hacia personas de ambos sexos.
Un ejemplo que utilizo para explicar de forma básica las orientaciones sexuales es el del uso de las manos.
Existen personas diestras, que naturalmente escriben y realizan tareas con facilidad con la mano derecha. Estos no pueden optar por ser zurdos; por más que lo intenten, no lo son, y el desempeño con la izquierda es dificultoso y deficiente.
Lo mismo sucede con los zurdos.
Ni el diestro puede optar por ser zurdo ni viceversa.
En cambio el ambidiestro sí puede optar, ya que se desempeña bien con ambas manos, más allá de que, frecuentemente, elija una de las manos como preferida, por costumbre o por adecuarse a las facilidades en el marco social.
De forma similar sucede con la vivencia de las distintas variantes de orientaciones sexuales.
(…)

Leyenda Amazónica

Cuenta la leyenda que en el bosque había un árbol gigante lleno de frutos, de los cuales vivía y se alimentaba toda la comunidad. Un día de tormenta, un rayo abatió al árbol. Una vez caído éste, un tapir muy voraz y demasiado ansioso se precipitó para comer todos sus frutos. De inmediato fue petrificado por los dioses y se transformó en montaña. La montaña luego permaneció allí para siempre, al borde del pueblo, para recordar a los hombres que nunca hay que tomar de los bosques y de la naturaleza más que aquello de lo que tenemos necesidad para vivir. Con esta condición, el bosque proveerá siempre todo lo que nos sea necesario y grato.

Me cuestiono todos los días: cómo es posible que valores tan viejos hayan sido olvidados al punto de que estemos matando todos los días nuestro propio hogar: La Tierra...