martes, 4 de septiembre de 2012


Quiero pegarle al árbol
Quiero que muera
Despido mi aire
Mis suspiros
Mi pecho joven
Mis sueños viejos
Mis labios usados

Busco un cuerpo límpido,
Un cariño sin amor
Un beso sin despido
Un bosquejo de nosotros
Quiero el calor del otoño
Como tus brazos en invierno

Anhelo tus besos extraños
Desconocidos, y esa paz
De tenerte recostado
Puedo acariciar tu suave cabello
Todas las tardes
Tal vez hasta diga te quiero
Pero quiero verte ir, y sonreir
Saber que sos feliz
Y que no importa
Nuestras almas son dos
Ya no sos extraño
Pero no sos yo,
seré yan solo yo
Y tu tan solo tu.

Quiero olvidar estos sueños
Pegar al árbol, para que muera
Olvidar mi aire, mi suspiro.
Benditos los que no respiran.

Aprendí todo lo que no me enseñaste
No quiero lágrimas en las mañanas
Ni tus palabras perdidas,
No quiero esa piel áspera que adorna tus sueños
Ni tampoco tus metas en manos de niño
Ni quiero tus besos de boca perfecta
Que me disculpe tu cuerpo acostumbrado al mío
Y mi pecho ahogado
Pero tus palabras vacías, tus juras de eterno amor
Esas palabras de aire no me enseñaron
Me lastima tu mirada desequilibrada, tu
Voz que dice lo que no hace, tus brazos fuertes y tu espíritu débil
Me lastiman mis ojos que no me escuchan
Mis lágrimas escapadas por algo que ya no respira
Muerdo mis labios para ahorrar razón gritada
Golpeo mi pecho para que no lata mi músculo,
Rompo todas las rosas para olvidar tu docena
Ahogo el suspiro, me mantengo sobrio
Y no rechinan más mis deseos, pasa, pasa…
Bendito segundero.
Pero tengo un pedido, alejad tu presencia, dime
Adiós de toda manera, no aproximes tu nube,
Tu recuerdo
Dime que ya no existes y que tu y yo
No seremos jamás nosotros
Dilo sin hablar, sin ser voz, sin ser
Déjame la vida mía y lleva la tuya
Ayuda mi pobre espíritu joven
Que tuvo que aprender solo lo que vos no sabías
Y déjame ser uno
Solo yo, solo yo.