miércoles, 11 de enero de 2012

Canceladas las carcajadas de una mente insana
cortadas las alas muertas de este maldito ángel
Es humo ahogado entre mis pulmones mortales
y mis dedos quemados gastan el teclado de estas palabras sucias.


El amor fue un cuento feliz tragicamente culminado
sobrevive mi sexo cansado, mi piel adolorida, mi pecho sin dueño
mi veneno sin recipiente, mi licor sin vos


congelado ese solitario vaso que
recuerda tus brazos salvajes devorando mi piel.
Esta cuchilla mortal que acaricia mis venas
esta lengua sucia de la sangre mía y castigada por tus besos malvados


el sol baja sobre la tierra y solo queda esa luna ausente para acoger mi cuerpo
soy un pobre mortal que no supo ser Dios


palpita mi pecho, se congela mi aliento, mis tripas me ahorcan y mi miedo me devora
como el alcohol mercenario de mis moribundas horas. Estoy solo.


el pasto hecho navaja en hielo bajo mis pies, piedras duras, dientes desperdiciados, 
espinos ganados, de este sueño iluso de tu cuerpo cortado en mi cama, de tu lecho cargado con mi sangre
y mi piel humedecida en tu sudor, tu saliva, tu sexo.


Arda en llamas una vez más tu pecho, y que el mío como ahora y siempre
queme, queme...
Desgastado tu músculo latente, que gane mis brazos tu cuerpo muerto, tu piel fría
para mis ojos quemadores, mi lengua sedienta, el ácido de mi boca, la muerte de mis besos, mi corazón dañino; una vez más amor, juntos

martes, 10 de enero de 2012

Dormido en este féretro
de mi estómago a mi boca corre un aliento mortal.
Ese olvido animal que hace desgraciadas mis uñas y víctimas mis mejillas
cae mi carne, devoro mis dedos para no morir más

es solo un vidrio corriendo desde mi ojo hasta el suelo
ya no hay pasto verde ni rosas que perfumar.

Condeno el amor y los zapatos rotos
tu café fuerte y mis labios carnosos
tu pecho y el mío, ese dolor malnutrido

apesta mi cuerpo, estos aromas de muerte y de carne enferma
del alma mal lavada, de trapos sucios, de herrumbre olvidado, de colchón húmedo
de tu amor gastado, de tus dientes lavados, de tus manos inmundas con pieles vecinas
y de tu sonrisa maldita que acompañaba la mía

Desgraciada mi cólera guardada sin tu amor
mis garras que no alcanzan tu cuerpo, mis colmillos que salivan por vos, mis piñas rotas entre paredes,
mi amor rudo, mi pecho agitado, desgraciados mis sueños perdidos de los tuyos, desgraciado el viento seco para mi planta muerta. Camina la cucaracha por un camino limpio.