cuando tu aliento era la energía que necesitaba para seguir suspirando.
Tus labios acariciaban los míos y tu cuerpo me desvelaba como las almas de los apasionados
perdidos en el infierno de Dante.
Encuentro mi mayor pasión al sentir tu exitante abrazo y
Busco en tu cuerpo la salvación que entregás a mi alma,
el verdadero placer del momento más efímero.
Cuando tu tranpiración encuentra la mía y
el sabor a morango del aire nos turba y nos complace como un eterno verano.Sin saber que todo ya termina buscamos el auje de nuestra eternidad,
Y si me permite Vinicius: “que sea eterno en cuanto dure”.