jueves, 11 de noviembre de 2010

Para qué más?

Con dulsura nuestros pasos se dirigían a la tumba,
Con pasión nuestros amores se rasgaban el uno al otro,

Con ternura tu lástima hería la mía y la mía la tuya;
Casi como un juego de equilibrio que tambalea hacia un lado.


Cuando me tocas el rostro con tu mano áspera,
Cuando roso tu piel y ella sufre con mis garras,
Cuando nos tocamos y nos queamos y nos mentimos.
En el patio no está lloviendo, solo dentro de casa.


El placentero beso nos obliga arrugar las frentes,
El alocado sexo nos regala un emocionante desgano,
El bendito amor ya nos mostró el cielo y nos ha dejado.
Esa hermosa sonrisa que solo me saluda en mi pensamiento nostalgico…

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