lunes, 28 de noviembre de 2011

El reloj se viste con palabras tuyas
mi brazo pide tu cuello
mi mano se pone tensa
con facilidad te mataría


veo tu sangre corriendo nuestro lecho
hago el amor con ella
puedo penetrar tu dolor y disfrutar cada grito


no tengo miedo de romperte el corazón
puedo tocarte y herirte como el alma mía
ver tus ojos quemados me hace estremecer
siento como el deseo rasga mi piel y me convierte
en un cúmulo de carne viva


Cargaré tus pulmones
para después morir.

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