Tuve una fiel compañera por muchos años
Me acompañó por cada ínfimo rincón de cada sueño
Me ha besado el cachete todas las noches desde la ninés
Me ha declarado amor y devoción
Un día conocí la felicidad y ella seguía conmigo
Éramos inseparables.
Hasta que llegaste
Arrancaste mi amiga de entre mis brazos,
Violaste nuestra devoción con tu presencia brillante, tu
Atención, tu afecto, tu amor, tus caricias, tus besos, tus deseos, tu
Corazón, tus palabras, tus gestos simples, tu…
Y ahora…
Con el pecho en carne viva
Perdido entre lo que me das y lo que me quitaste
Ya no quiero a Soledad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario