martes, 5 de noviembre de 2013


Léase en vos alta

Tan solo a romperme los vasos, tan solo.
Colgado en tus brazos
Arrastrado a caricias, tan solo.
Entregado a tu pecho, colgado
en tu cocina, enamorado.
Tan solo a romperme el olvido, tan solo
A no ser ya más nadie,
A morderme en tus labios
A besar tu mejilla, tan solo.

Pese tan solo a los vasos rotos.

sábado, 2 de noviembre de 2013

Perdónenme palabras por no reconocerlas
Perdidas en las miserables horas de mis días cotidianos
Calzada la aurora en un olvido tan lejano
Tan dulce de amor ausente y de desgano, ser humano
Perdónenme los días por arrastrarlos en mis pasos
Por mis pies cansados, por mis miedos, mis ocasos.

Cáliz dulce primavera,
Danza lluvia, ríe entera
Pereza mustia, perro cansado

Tu pecho, silencio, canto.

lunes, 7 de octubre de 2013


HOY PUEDE SER UN GRAN DÍA

Fragmentos de mañana decoran todo lo que siento, con levedad suben mis pupilas. Respiro, veo, miro. Hermoso sol por la ventana, la cama no había estado tan acogedora desde hace muchos meses, mi cuerpo descansa, mis sueños nocturnos dejaron apenas una sensación de felicidad infantil. Escucho la canilla de la cocina perdiendo agua, está así desde ayer. Me levanto, me lavo, y cierro el pase de agua. Bajo a la cocina, platos sucios, cubiertos sucios, mesada sucia. Tomo un saquito, lentes de sol, dinero y voy a la ferretería. Ayer un amigo, entendido en el tema, me había explicado lo que se había roto, una gomita que va en alguna parte del artefacto, yo estaba dispuesto a solucionarlo.
En la ferretería, el ferretero (un conocido) me ayudó con el tema, me había vendido la canilla, por lo que sabía exactamente lo que necesitaba, un destornillador Philips y La Gomita. Llegué a casa, con minuciosidad saqué dos partes de la canilla, faltaba el último pedazo, pero la llave francesa que también había comprado de mi ferretero amigo zafaba. Saqué la canilla entera con la llave francesa. La llevé a la ferretería, donde mi conocido usando una llave idéntica a la mía logró sacar el pedazo que faltaba. Tuvo una hazaña aún más valorable. Cambió La Gomita.
Volví feliz y un poco decepcionado a  casa, el problema de la perdida de agua estaba solucionado, pero me sentía, de cierta manera, un incapaz. He ahí mi engaño. Llegué a casa e instalé la canilla, abrí el pase de agua. Había pérdidas en las tuercas que unen la canilla a la pared “falta teflón” pensé. Fui a la ferretería, el ferretero estaba a punto de salir a comer, -Ayuda!! grité. El ferretero me dio el teflón pero no me dejó pagar, dijo que volvía en una hora.
Vuelvo a casa y cuando voy a sacar la canilla de la pared sucede algo extraordinario, por alguna razón el caño que está unido a la pared se corre, yo hago un movimiento opuesto con la llave francesa para retirar la tuerca. Ésta fallece. Se rompió, es una canilla que tiene la tuerca pegada a su caño, por lo que no la puedo cambiar. En una hora volveré a la ferretería a comprar otra canilla.

Reconozco mi excelente capacidad de empeorar las cosas.



viernes, 27 de septiembre de 2013

Abro los ojos, miro la ventana, entra el sol. Hay una planta naciendo en el extremo derecho inferior, es un yuyo, pero es tan verde, se ve tan lindo con el marco marrón. Tengo el acolchado en cima, pero tengo calor, me lo quito, me desperezo, rosa toda mi piel por las sábanas suaves de tela barata, los pelos de mis piernas se erizan, es como si me acariciaran por todas partes. El clima es tan agradable, la transpiración de mi pecho le genera sensación de aliento fresco después del calor de la manta. Me limito a mirar el techo y respirar. De repente un suspiro profundo y puedo erguir mi tronco, me siento, miro el color de las paredes, algo como un rosa que quiere mucho ser naranja, adornado por los rayos del sol. Me levanto, voy al baño, me lavo la cara, no me vestí, tengo un calzoncillo flojo y una musculosa, mortalmente cómodos, hay un calorcito agradable, sentir el frío del piso en la planta de los pies es un reconfortante regalo. Bajo las escaleras, limpio el mate, pongo agua a calentar, siento el olor a la yerba, abro la ventana de la cocina, vuela un poco de yerba, no importa, tengo la franela a mano, limpio mecánicamente, hierve el agua en la caldera eléctrica, lleno el termo y me siento en el baúl de la cocina. También entran rayos de sol en esa ventana, dan justo en mis pies, uno toca el suelo y el otro flota, mientras tengo una pierna cruzada sobre la otra. Espero descansar el mate y tomo el primer y cálido sorbo del día. Suspiro, respeto el silencio, reconozco lo que veo, reconozco mis cosas, mis platos coloridos, mis platos negros, la tabla de picar roja, los cubiertos tramontina, las ollas de teflón, la botella de ferntet que espera ser guardada desde hace dos noches. Abro la heladera, tengo un poco de cocacola sin fuerza, manteca, mayonesa, pero no tengo pan. Hay huevos y verduras ¿Podría hacer huevo revuelto? Pero veo un cuarto de queso, sonrío, lo tomo en mis manos, lo pico en la tabla roja con un cuchillo tramontina, miro para afuera, el sol, tomo mate, que calentito, pienso en vos. Y decido seguir viviendo.


miércoles, 11 de septiembre de 2013

Pétalos manchados en carne viva. Ya sin luz amaneceres desesperanzados. Mi artificial sonrisa y esos brazos lejanos al abrazo.
Nuestra hipócrita caridad, el ambar de la dulzura infantil devorada en sexo sin afanes de sueños o canciones gloriosas. Dios ha muerto pero no resusita la viva belleza de Eva o el  mal aliento de mañanas felices.
Sobran pasos sin camino bajo los pies de nadie.
Hoy una visita a tu cama,
Tus brazos, tus pechos
Hoy un suspiro, labios rojos y corazón ferviente

Inolvidable cariño y el amor más grande
Que se pueda regalar

Por esta mañana que nos continua nuestros
Cepillos de diente comparten hogar
El aire cotidiano de una vida entera adorna mi casa,
Nuestra casa hoy.

Nuestros sueños, nuestro camino
Por hoy tus pantuflas en mis pies y
Mis besos solo tuyos


Por este minúsculo instante de eternidad te quiero.

miércoles, 14 de agosto de 2013

Luces y calaveras
sucumben espíritus jóvenes.
El amor que alimentaba sueños
condimenta el colesterol de chocolates caros

Amor y pasión y cantares y
riquesas y adas, y en vano
todo.
Vos y yo y una historia más
cuerpos perdidos por mi cama
tu pecho latiendo la sangre de nuestros hijos.

Ni tu cariño ni el mío
serán ese fuerte muro de piedra
que no pueda llevar el viento.

Camisas con perfumes ajenos
besos atormentados
deliciosas pesadillas, recuerdos.
Cuerpos fraudulentos encarnados
a la pasión del amante.

Mis manos desesperadas
los signos de mi rencor
la angustia
las palabras, las palabras.